.jpg)
Chispa vivió toda su vida en una chabola de Valencia hasta que su dueño fue ingresado sin esperanzas de volver, dejando atrás a sus perras, ya mayores.
Chispa estuvo un tiempo en acogida y tuvo la gran suerte de encontrar una alma caritativa que quiera darle LA opotunidad de vivir sus últimos años feliz, en una familia que la quiera y la cuide.