MILA tiene 10 meses, estuvo atada toda su corta vida, reservada para criar en muy malas condiciones hasta que su dueño se cansó de ella, ya que no era lo suficientemente "productiva".
Es una perrita de tamaño pequeño, muy tranquila que no dá ni un ruido.
Aún le asustan un poco los perros grandes, pero ya se va relacionando, y incluso ha aprendido a jugar con sus compañeros más pequeños. Con las personas es un encanto de dulzura. No pide nada, pero se deleita de cada momento de atención y caricia que le concedas. Su mirada de agradecimiento y sus besos no tienen precio.